Tenía gran expectación por ver esta cinta, no solo por la publicidad que la acreditaba al Premio Oscar en al menos dos categorías principales, sino también, porque últimamente no se han visto buenas historias en la pantalla grande.
La razón de que Yo no sea un entendido de las formas y razones del Séptimo Arte, es lo único que me justifica para decir que me enfrenté a una película plana, sin emisión y sin sorpresa al menos para mí, es en verdad tan sosa, sin una aportación narrativa, simplemente el señor
Eastwood sigue las mismas fórmulas simples, ya en su anterior película
Más Allá de la Vida contaba tres historias que se unen al final como un
Iñárritu cualquiera, y ahora, en
J. Edgar abusa de los saltos en el tiempo; un recurso que lo hemos visto absurdamente en películas tan inverosímiles como en
Megamente o, magistralmente llevado como en
Pulp Fiction o
Citizen Kane, encontrando serias referencias a este último pero de manera menos afortunada y sin encontrar, al menos Yo, razón por utilizar tal recurso.
La cinta seguramente será criticada por el nefasto maquillaje (solo el de DiCaprio medio se salva) pero aplaudida en el vecino país del Norte, pero tal vez solo por su sentido patriotero nacionalista, racista y donde se logra el bienestar de los benditos ciudadanos a costa de todo.
¿Y Naomi Watts?, simplemente no sé por que el casting elige a una buena actriz de carácter protagonista para un papel sin pena ni gloria.
