domingo, 8 de julio de 2012

Un Método Peligroso - A Dangerous Method -




Mas allá de presenciar una biografía o la narrativa de pasajes morbosos en un triangulo no sexual sino psicológico, David Cronenberg lleva a estudiosas celebridades a la pantalla como personajes humanos, con debilidades, traumas y síndromes.

Es mucho muy gratificante cuando al terminar una película, ideas y preguntas rondan tu mente: si fulanito o menganito hubieran hecho o dejado de hacer tal o cual cosa, y es que Viggo Mortensen y Michael Fassbender interpretan de manera excepcional a Sigmund Freud y a Carl Gustav Jung respectivamente, nos hacen pensar en ellos justamente como el personaje que están interpretando


Lamentablemente no puedo decir lo mismo de Keira Knightley -Sabina Spielrein-, sus muecas y gesticulaciones están mucho muy lejos de la interpretación de una enferma mental, y por su acento nunca logra definir si es rusa, británica o sabe Dios qué. Hasta Vincent Cassel, actor secundario, logra una interpretación jocosa e inquietante de Otto Gross, siendo el parte-aguas en el comportamiento de Jung.





Un Método Peligroso demuestra una vez mas que, en el psicoanálisis el cliente no tiene la razón, lo perturbador que puede ser la influencia mental y lo corrompible que es el ser humano: Jung. Cómo hasta las grandes mentes requieren ayuda: Freud no supera la relación ario-judío, pobreza-riqueza y, el hastío del puro permanente en la boca. Sabina conoce la locura, la acepta y a través de ella crea los postulados que dan continuidad a la obra de los dos primeros.

Los pocos puntos malos tal vez sean algunos brincos en el tiempo y continuidad, quizá por falta de tiempo, como en la escena donde "visitan" Norteamérica; y ya en la parte final, el seguimiento de cartas al estilo "Chat" de nuestra era, no imagino el tiempo en que llega la respuesta a la misiva previa en la época, a la vez que se pregunta el destinatario: ¿qué fue lo que le escribí?.