domingo, 19 de febrero de 2012

Crítica: El Artista - The Artist -




Después de haber escuchado todo lo grandioso por los medios y allegados a mí sobre El Artista, llega a México con las mejores credenciales a las que puede aspirar una película. En una generación acostumbrada al CGI, al 3D, a Megapantallas y ávida de más y más "efectos" para satisfacer su cada vez más crítica capacidad de asombro, llega El Artista en blanco y negro, muda y en formato 4:3; el francés Michel Hazanavicius asalta a Hollywood demostrándole que, si se trata de hacer remakes o adaptaciones, hay que hacerlo bien.





La música es soberbia, acompaña durante toda la proyección y si bien cuenta con toda la manufactura y estilo de la época, no parece anticuada y no molesta en lo absoluto, pero no es la música lo que más me gusta de ella. Bien podría decirse que trata sobre la resistencia al cambio y a los estereotipados "renovarse o morir" ó, "todo tiempo pasado fue mejor"; pero no es una película que trata dar lecciones, no busca una moraleja, ni es pretenciosa, al igual que Media Noche en París, lo que más me gusta es su sencillez, tan solo narra una historia de la mejor manera posible, pero no debemos dejarnos engañar, detrás de eso "sencillo" existe un sorprendente trabajo para que así lo parezca.




Jean Dujardine interpretando a George Valentin hace gala de su lenguaje facial para consolidar al personaje, Bérenice Bejo (Peppy Miller) no tiene la contundencia de Jean pero no se queda atrás y participa en una de las escenas favoritas del filme: el abrazo en el perchero; ambos simpatizan con la cámara e inclusive el pequeño perro Uggie tendrá su grupo de seguidores. 

Es una cinta mucho muy recomendable, esta repleta de guiños sobre películas de la época y, el final es glorioso: el claqué, la respiración....  las voces:








Crítica - Historias Cruzadas - The Help



Historias basadas en el Holocausto, racismo en general y deficiencias físicas o mentales son tentaciones fáciles para el público sentimental. Historias Cruzadas en su inicio pudiera parecer una historia más de abuso y racismo que conmoverán al espectador pero no se abusa de ello, inclusive existen varias escenas sobrecogedoras personificadas por blancos, tampoco digo que no las haya con negros pero existe un equilibrio congruente.
   




En lo personal me encantó la actuación de Octavia Spencer como Minny Jackson, con gracia en los momentos cómicos y prácticamente siendo protagónica en los dramáticos, en menor medida Celia Foote personificada por Jessica Chastain, quien ya me había dejado un grato sabor de boca en Al Filo de la Mentira - The Debt -; ellas solo encabezan el gran reparto que goza la película, de hecho es uno de las grandes virtudes del filme, si bien se ha nombrado como protagónico a Viola Davis, el resto del elenco no se queda atrás.





No es la perfección técnica, ni la historia más original jamás contada; está llena de clichés cinematográficos y muestra un racismo light, fue como relatar el holocausto y decir que murieron miles de judíos pero solo mostrar los que fallecieron por muerte natural y que solo una minoría de nazis eran "los malos"; se habla del Ku Klux Klan pero de manera muy superficial, muestra a los negros como si todos fueran buenos, a excepción del esposo de Minny, que ni siquiera sale a escena; no es que Yo pida a gritos una historia cruda y llena de violencia pero solo por el conocimiento que tenemos de la historia podemos entender los comportamientos. Con todo esto la película sobresale gracias a las grandes actuaciones que sacan más que a flote el guion, junto con el vestuario y maquillaje son los responsables para que poco menos de dos horas y media ni se sientan. Tan solo con eso, vale mucho la pena el filme.