Nuevamente el cliché de dupla Hollywoodense con Denzel Washington en su papel de hombre duro y experimentado, junto a un Ryan Reynolds novatísimo, que en lo personal me quitaré la idea de verlo más como actor de comedias románticas y otros churros, dado que en esta ocasión se desempeña bien tal como lo hizo en Sepultado -Buried-.
La historia aunque entretenida se vuelve inverosímil cuando forzadamente el guion aplica grandes dosis de casualidad para que, una y otra vez, los protagonistas se separen, se encuentren, y terminen siendo grandes amigos y hasta confidentes. Ryan Reynolds al principio desborda inexperiencia y al poco rato ya es todo un profesional, tal vez las circunstancias lo curten pero el guion no ofrece suficiente justificación en el tiempo para que así suceda o, por lo menos así lo creamos; la cinta termina siendo una copia floja de otras, tal como la trilogía de Jason Bourne, que hasta el nombre para el personaje le copiaron al interprete Matt Damon / Matt Weston interpretado por Reynolds.
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