viernes, 30 de diciembre de 2011

Crítica Las Aventuras de Tintín



De usar sombrero, me lo quitaría ante el señor Peter Jackson, los detalles, los colores, luz y sombra, las texturas, la ciudad, el mar y el desierto, todo ello hecho con tan escrupulosa perfección, es un deleite visual ver lo que la tecnología puede aportar al séptimo arte.




Si bien durante las secuencias de acción, en especial durante la persecución en el Sidecar, la toma central es envuelta en un apabullante entorno lleno de detalles cambiantes, que enriquece la vista y deja ganas de ver la película una vez más tan solo para ver que sucede alrededor, contrario a lo saturado de Transformers por ejemplo, que delata al niño con juguete nuevo y prende tantas velas que termina por quemar al santo. Se adivina el origen en el trazo 2D de los personajes, que si bien no me transmitieron emociones como Golum o Cesar, cumplen en lo técnico.




Hablando de la historia, nunca he leído ninguno de los cómics del tan famoso Tintín, y aunque me recordó a Indiana Jones, cuya historia Spielberg-Indiana-Tintín ya está repleta la Internet, me ha parecido entretenida solamente, confieso que esperaba mucho más de esta película, después de lo desastroso de Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal, lo menos que podía esperar era a un Spielberg reencontrado y ganador de premios, que lo alejara de mi calificativo de  "Spielberg se ha Prostituido", por su idea de Producir cualquier cosa de dudosa calidad pero que deje dinero: Transformers, Super 8, Cowboys & Aliens. Y con Tintín solo he pasado un muy buen momento en el cine, agradable y divertido; y quizá sea Yo un amargado sin emociones, pero no se le puede pedir menos a uno de los directores más reconocidos de Hollywood. Tan solo me ha dejado a la espera de War Horse, del que no me quiero predisponer a la idea de que será una película de chantaje sentimental.





     

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